viernes, 20 de mayo de 2011

Finalización del primer módulo

La actividad que culminó el primer módulo nos invitó a analizar una situación, que aunque divertida, es muy verdadera y común. Cada que vez que exponemos a un alumno a un conocimiento científico, esperamos que él o ella responda algo que se acerque a éste, pero la mayoría de las veces los alumnos responden basándose en sus conocimientos previos y la construcción epistimológica que los lleva a esa conclusión.
No podemos pretender que nuestros alumnos entren a la escuela sin estos conocimientos, ya que de ellos se han servido por mucho tiempo y probablemente han respondido a inquietudes o resuelto problemas  cotidianos con éxtito.
Teniendo todo esto en cuenta, ¿debe el profesor intentar erradicar o sustituir estos conocimientos? Sin lugar a dudas esta es la "técnica" que emplean la mayoría de los docentes, pero debemos entender que estas prácticas son absurdas y contraproducentes y lo que realmente debemos hacer es indagar en estos conocimientos y hacer que los alumnos lo expliciten o verbalicen. Luego, es importante guiar a los alumnos y hacerlos discutir, argumentar y hasta hacerlos defender su postura, presentándoles otros contextos en los que su conocimiento no encuentre validez.
Con todo esto logramos la metacognición, ya que los alumnos reflexionan acerca de su propio pensamiento y se facilita la reconstrucción de su teoría implícita.

La misión de los profesores es lograr que los alumnos sepan activar un conocimiento u otro (teórico o científico), dependiendo del contexto, pero sin tener que elimnar o clasificar de incorrectas sus primeras explicaciones.

lunes, 16 de mayo de 2011

¿Qué hacer cuando un alumno no sabe enfrentar una pregunta relacionada con un contenido estudiado en clases anteriores?

Esta pregunta se la formulamos a 4 de nuestros colegas, los cuales respondieron desde sus propias creencias o teorías implícitas. Luego analizamos cada respuesta y tratamos de clasificarla dentro de la teoría directa, probablemente la más utilizada por los profesores en donde el resultado del proceso de enseñanza es la copia fiel de la realidad, lo que no tiene ningún sentido, partiendo por la base de que los seres humanos nos estamos cognitivamente "diseñados" para eso, la teoría interpretativa, que es una versión un poco más mejorada de la directa en donde se le asigna un rol más protagónico al alumno pero se sigue enfocando en los resultados, y la teoría constructivista, la cual todos deberíamos utilizar. Aquí el alumno es capaz de construir un nuevo significado a partir de un contenido y el profesor actúa de guía en este proceso.
Nos llamó profundamente la atención que el texto hacía referencia a algo muy cierto, la mayoría de los profesores disfrazan la teoría interpretativa o directa con la constructivista, ya que no han integrado totalmente los conceptos o porque no han entendido bien cómo manejarla y utilizarla en el aula. Es decir, dicen ser constructivistas, pero en la práctica funcionan en base a las teorías directa o interpretativa.
La mayoría de los profesores entrevistados, no pasan de la teoría interpretativa, ya que constantemente se enfocan en una respuesta esperada, un resultado que refleje una copia de la realidad y no en una reconstrucción de un contenido,

Y el cambio... ¿cuándo?

Para todos resulta muy difícil pensar en cambiar o modificar ciertos conceptos arraigados en la mente de nuestros alumnos ya que tal vez, no poseemos las herramientas para hacerlo o también nuestras teorías implícitas acerca de la enseñanza están muy arraigadas que no han podido ser reconstruídas por mucha información que leamos o estudiemos.
Pero, y aunque es lo que con frecuencia se intenta hacer, el cambio conceptual no requiere un absoluto abandono de las representaciones implícitas, sino más bien de integrarlas jerárquicamente, o redescribirlas representacionalmente (es decir, explicarlas)  en una nueva teoría o sistema de conocimiento que les proporcione un nuevo significado a los aprendices. Hablamos de un proceso de explicitación progresiva de representaciones inicialmente implícitas a través de diferentes niveles de explicitación.

Del cambio conceptual

Y ahora llegamos a un punto donde la teoría con la práctica no se atraen. Como ya he comentado, los conocimientos que los alumnos adquieren son de distinta epistemología y todos ellos influyen en el proceso de aprendizaje. La función del profesor es aprender a trabajar con esos conocimientos, ya que todos sirven y son utilizados por los alumnos, pero ¿que sucede cuando el conocimiento cotidiano no coincide con el conocimiento científico?, ¿ se debe eliminar uno para que exista el otro?
Antes de leer estos textos, mi respuesta era sí, si el conocimiento fue mal aprendido ya sea porque la información entregada fue errónea o ambigua, deberíamos hacer todo lo posible para que el alumno olvide ese conocimiento e incorpore uno nuevo, un poco más científico, estudiado y comprobado. Sin embargo, estas prácticas tan típicas en las aulas, hacen que los alumnos no aprendan o desechen nuestros conocimientos para volver a lo que siempre les ha resultado, probablemente sin saber por qué. La idea no es sustituir un concepto por otro, sino hacer que los alumnos gradualmente vayan explicitando sus reprensetaciones de un contenido.
Los cambios conceptuales que serían adecuados por el hecho de estar asociados a un proceso de construcción óptimo, serían la reestructuración del conocimiento cotidiano en donde el cambio supondría un enriquecimiento de los esquemas de los alumnos incorporando  nueva información pero sin cambiar la estructura de conceptos existentes. Un paso más allá implicaría un proceso de ajuste, que supondría modificar ligeramente esa estructura por medio de la discriminación entre conceptos que antes estaban unidos o generalizando su aplicación  a casos nuevos. Por último, se puede mencionar un tipo válido de cambio la coexistencia de varios esquemas en la mente de los alumnos, tanto cotidianos como de la ciencia. En este caso los alumnos deberían lograr diferenciar entre varias interpretaciones de un mismo fenómeno  o situación y aprender a usarlas discriminativamente en función del contexto de uso.

Tres tipos de conocimiento, tres formas de construcción

Aprender acerca de los tipos de conocimiento ha sido una pieza fundamental para responder a la pregunta de por qué los alumnos no aprenden. Cuantas veces me he preguntado los mismo y me digo a mi misma "he hecho de todo, guías, actividades, trabajos, etc. y aún así mis alumnos se siguen equivocando y parece ser que nada les quedó grabado". Es verdad y creo que a muchos profesores les debe pasar los mismo, pero ¿es que acaso creemos que lo que nosotros enseñamos es lo verdaderamente importante? Probablemente sí, y le vamos restando importancia a otros tipos de conociemientos que pueden ser igual de válidos.
El conocimiento cotidiano tiene que ver con un mundo en donde las explicaciones cotidianas sólo resuelven problemas prácticos e inmediatos. Buscas resolver situaciones a través de respuestas sencillas y su eficacia se basa en un criterio a corto plazo.
El conocimiento científico el cual se construye en el  mundo de las ciencias y busca comprobar el veracidad o falsedad de sus teorías. Su eficacia se basa en un criterio a largo plazo.
El conocimiento escolar se construye para intentar comprender o reconstruir un conocimiento ya construido por otros. Su criterio de validación es la capacidad de activar diferencialmente un conocimiento cotidiano y uno escolar dependiendo del contexto.

¿Qué son las teorías implícitas?


Son relaciones que vamos haciendo a través del tiempo, de toda la información que vamos recibiendo a diario, entonces vamos asociando ciertos factores o creando nuevos modelos mentales dependiendo de si el “problema” es conocido o no. Mientras más utilicemos un modelo, éste se va automatizando y guardando en nuestra memoria permanente.
Nuestros alumnos tienen estos modelos preconcebidos basados en sus experiencias previas, pero muchas de estos modelos están incorrectos, ya que la información que recibieron fue errónea o ambigua. Es fundamental que como profesores conozcamos estas ideas preconcebidas antes de enseñar un nuevo concepto o de pedirle a los alumnos que expliquen cómo llegaron a cierto resultado. Cuando intentamos modificar alguna idea previa, debemos entregar explicaciones que sean útiles tanto para la clase como para la vida cotidiana de los alumnos, de lo contrario, el alumno volverá a ese modelo incorrecto y desechará lo enseñado ya que no le sirve.

Teorías Implícitas

Es impresionante la cantidad de información que he adquirido al integrarme al mundo de las teorías implícitas, las cuales, al ser estudiadas, responden a un gran número de interrogantes relacionadas con el modo en que los profesores enseñan y los alumnos aprenden.
Sin lugar a dudas, las teorías implícitas están conectadas con el contexto socio-cultural en el que hemos crecido y las influencias que hemos recibido, las cuales pueden ser correctas o incorrectas.
Pero si estas son incorrectas, ¿es la labor de los profesores cambiarlas o sustituirlas por otras? Esto es algo que discutiremos más adelante.